miércoles, 26 de agosto de 2009

7:07

El olor de este chocolate caliente me abre el alma para un beso que alumbra la mañana fresca del fragmento de verano nórdico que quiso conocer a estas fechas la majestuosidad del sur potente. El celeste se mezcla con un rosado que augura un cielo esplendido, que para mi día acompañado de música, fútbol y amigos se torna más que interesante.
Y. resumiendo el mar de ideas y fraseos que mi guitarra espera acompañar confieso: que esas pequeñas cosas de las que hablaba con mis amigos son las mismas que nunca debí perder...

Sí, amo las pequeñas cosas.

7:13... entre peines, ahijada que no se quiere levantar para ir a la escuela, coco cantando, los cachetes rosados de los pellizcos, el sol que asoma a mi derecha y la sonrisa amplia y eterna...