lunes, 30 de mayo de 2011

Felices por 4

Yo no sé si fue verdad lo que nos contó aquella noche. Pero dejó un haz de duda en mi boca y hedor a besos pudriéndose de desuso en el desván.
Sola por el camino, contó sus proezas y anhelos con mesura. Hasta que, no sé si a propósito o por casualidad, el anillo brilló sobre sus largos dedos como sus ojos sobre la mansa noche. De repente en el auto hizo un poco más de frío, los vidrios empañados simularon el velo de testosterona que rondó por sus ojeras. Por primera vez se la vio cansada, pero divertida por el jueguito, aunque frente a nosotros lo niegue. Fue entonces, cuando le dije aquella frase justa, tan real como que el tiempo es tiempo y la nada es nada, que agarró el teléfono y nos mostró el mensaje del buzón:
“Como te soñé, pero no, era la verdad que te dije. Va a suceder lo que va a suceder. Ya no me preocupo. Nada está en tus manos, ni en las mías. Cómo va el viaje, amor. De este lado del mundo te estoy esperando, igual que tú en el sur.”
La chapa verde se camufló rápidamente en sus pupilas dilatadas. Todo nos tapó hasta el silencio impotente. Ella ya no estuvo con nosotros... pero su cuerpo sí.


Felices por 4

I
Cretina verdad
colgando en la nevera,
son cinco letras en un
papelportal
que me envían hacia donde estás tú,
tan radiante
como esa sonrisa trigueña
que brilla en la foto
con aroma a caribe.
II
Te acaricio la letra
minuciosamente,
recorro con mi tacto su piel
el áspero secreto
y la mesura de los gemidos bajo
mis uñas.
III
Dejo otro mensaje en el contestador,
me trenza el silencio
que viene y que va:
me creo la mentira.
IV
Regreso a mi mundo
de pies desnudos en tierra fértil
teniéndote
tan lejos
tan solitariamente lejos
que no tengo
ni tu voz en mi boca
ni tus manos en mi cintura
ni tus besos sobre mi cuello
y sin embargo eres tú
por donde lo quieras mirar.

Bajé en mi casa, los dejé solos frente a la hora de la verdad. Me despedí casi sin saludarlos, como quien no quiere ser culpable de nada que no haya hecho. El tiempo pasó, si los volví a ver habrá sido casualidad, aunque ya no recuerdo sus rostros. Les escribí su historia para que nunca la olviden. Sólo espero que todavía los 4 sean felices... a la distancia o no.