domingo, 21 de marzo de 2010

El príncipe del arco iris

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Cuenta la historia que se cayó de un cometa que venía de lejos, de otro sistema solar, con olor fresco a música, con sabor a besos nuevos.
Cuando lo vi por primera vez pensé que era un niño travieso jugando por las calles porteñas, detrás de alguna pelota redonda que sólo rueda, rueda y rueda. Como yo, que voy de la cama al piso, del baño a cobertor y de la heladera a lo imperfecto de sonreír de a ratos, como de a ratos tampoco sonrío y lloro.

Sí, lo vi debajo de una luz multicolor que nacía de su pecho. Creo que algo en su sonrisa me dijo que era el justo, creo que algo en su pelo me invitó a quedarme un rato más. Pero de lo que si estoy segura, es que el brillo de sus colores me hizo volcar, o volar, o volcar y volar.

Hacía tanto que no volaba, esta ciudad no se presta para despegar cuando las alas rotas no se llegan a curar.

Es que instintivamente prefiero seguir por lo adoquines de mi esquina segura, esa donde nadie puede doblegar mi corazón, donde resguardo mi reino.



¿Pero si esta vez estoy equivocada?
¡Ay, no sé.!
¿Para dónde disparo ahora?
¡Qué matete tengo en la cabeza!
¿Soy yo o es él?
¿Qué más da?, ¡Me inspiro en vos, ché!


Me pierdo en los colores de tu sonrisa, en la música que viene despacito y me endulza la oreja. No quiero esperar, tengo que inventar algo, alguna excusa simple para poder reencontrarte.
Quiero que vengas a mi castillo, con las luces de tu interior dejando restos de una noche a tu lado.

Crucemos el arco iris una vez, lo demás será cuando tenga que ser.



Edú Vardé
http://www.eduvarde.es.tl/
21/03/2010

Horas fúnebres

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Domingo primero del mes, algo huele mal, no estás, desde ayer que espero tu llamado.
Sábado anterior. “Si mi vida, después nos vemos.”
Viernes anterior: “Hoy vienen los chicos a casa”

Vacío.

Ahí está el celu, tirado sobre el sillón. Creo que todavía funciona, no lo quiero ni ver, le escapo. Es que me tiran las ganas de llamarte. Pero sé que ya nada es lo mismo. Aunque no lo quiera admitir.

Amor o costumbre.

Otra semana se viene, la distancia una vez más me deja huellas de soledad solitaria sin más que tu voz. Te extraño, gordo. Yo también, mi reina. Y suena el mudo reloj contra el kilometraje desahuciado.

Se viene el final. (¿Abierto o cerrado?)

Cobarde mensaje que nos junta en un punto neutral, exequias de un abandono anunciado. Que no sos vos, soy yo. Que un por qué anda dándose la cabeza contra el techo. Que un nudo gigante se pone a contar años, días, semanas, horas, segundos. Que en las manos se ven las marcas de los kilómetros, de las historias compartidas.

Al final, calendario nuevo.

Lágrimas que van lavando heridas, un café abandonado junto a la guitarra y la copa vacía admiran la letra de esa canción que lleva las frases que te escribí escondidas entre un anagrama. Sí, todavía te amo. Qué se le va a hacer, me miento entre resignación dudosa.

A mirar al horizonte…

¡Ni se te ocurra aparecer en él!

Edú Vardé
http://www.eduvarde.es.tl/
21/03/2010

Anagrama de las noches contigo


Anoche tuve un sueño... decia así:


"Ya tengo escrita tu realidad y el futuro hermoso sólo para dos.
(Simplemente te amo)."