Mujer que guardas en tus manos el pan de amor, el calor de una caricia que cura dolencias y el color de tu mirada que me llena el alma.
Mujer que tienes en tus canas las hazañas y proezas de criar las criaturas de la manadacon la simpleza del habla.
Mujer que vistes tu hermosura con el canto de mañana, si te bañas tras las noches del secreto de tu cama que contiene escondida la gloria de tu almohada.
Mujer que entregas todo sin dudarlo un segundo, la vida por el fecundado dentro de tu ser profundo, el alma por el amor que se engendra en un minuto, el corazón enamorado de tu ilusión al nuevo mundo.
Esa eres tú, mi
MUJER con mayúsculas.La que junto a tu
“M” de magnifica conjugas
madre con
melancolía y se vuelve en mis ojos el sabor que simplemente sos
única. Con esa
“U” que le sigue vas enganchando en mis manos sin enredar mis palabras la precisa
“J” de
justa. Porque justamente por una mujer como tú venimos al mundo, porque justamente tú sabes discernir con facilidad entre el bien y el mal, y porque justamente tú me enseñaste lo que es vivir. Sé que tienes la
“E” todavía flameando entre el destino que nos toca
padecer y comprender la
entereza de
ser pilar del destino, de ser autora de nombres que amo, de ser amor para el mundo mío, de conquistar corazones y prados, de ser
mía de a ratos cuando vuelves sin permiso, de ser luz y colores tras la lágrima de alivio, de ser castigo en mis soledades educando la vida que pide
azotes, de ser pionera del viento, ser plato y mano noble, de fantasear con mis soles dibujando lo que viene, de ser más que un grito eterno que exclama mi redención sin perdones, de ser
la más bella del mundo sin dudas ni incertidumbre, de ser la mujer por excelencia y la más buena cocinera, de ser mi dama blanca, mi ángel y mi esperanza, de ser la 10 de mi esquema, de no encontrar quien compara, de ser simple como el tiempo y sin temor me arropabas, de ser
terror cuando todo en el universo se me acaba y ser contrapuestamente la luz que refleja mi mirada, de ser la rosa del cielo que crece en mi media morada… de ser justamente en mi vida mi
Rosa más amada.